Art Déco

El Art Déco fue un estilo que afectó a todas las facetas del diseño. El término se acuñó en los años sesenta refiriéndose al arte generado en el periodo de entreguerras. Vivió su momento de mayor esplendor en la Exposición Internacional de Artes Decorativas de París de 1925 aunque su influencia ha llegado incluso hasta nuestros días. Frente a la línea curva y la sinuosidad del Art Nouveau, en el Art Déco se impone la línea recta y los volúmenes geométricos. Es un estilo ecléctico que surge de la suma de muchas tendencias. Entre las principales influencias del Art Déco hay que destacar el arte de las vanguardias, la mecanización y los descubrimientos arqueológicos del Antiguo Egipto o Mesopotamia.

El orientalismo idealizado basado en tópicos e ideas preconcebidas seguía atrayendo al público, que veía en las culturas lejanas un mundo de misterio y sensualidad donde cualquier fantasía era posible. La pintura orientalista de finales del XIX y la traducción de Las mil y una noches nutrieron este gusto por lo lejano. Los Ballets Rusos fueron claves en el desarrollo del Art Déco, sus montajes fueron muy influyentes, CleopatreLe Dieu BleuThamar o La tragedie de Salome impactaron a los diseños de la moda y la decoración. Por la calle, la gente comenzó a vestir con pantalones de harem y turbantes inspirados en los vestuarios de Lev Bakst y autores de criselefantinas como Demetre Chiparus o Paul Philippe reflejaron esa explosión de color y expresividad en un buen número de criselefantinas.

A diferencia de otros periodos artísticos, el Art Déco fue puramente decorativo. En sus trabajos, generalmente, los artistas no pretendían expresar sentimientos o emociones, sino crear objetos de diseño atractivo, equilibrados y que reflejasen el momento y la sociedad en que vivían. Esta época se caracterizó por su gran desarrollo tecnológico con los primeros rascacielos, aviones, submarinos o automóviles circulando por las calles. Todos estos avances se plasman en un estilo que refleja la velocidad, la máquina, la efusividad y la alegría de vivir.

Bailarina rusa’
‘Bailarina rusa’. Paul Philippe. Bronce, marfil y mármol. 63 cm. C. 1913. Fotografía: Óscar J. González Hernández